El Foro de Davos, expresión genuina del capitalismo financiero global, empieza a preocuparse por las profundas desigualdades reinantes en el planeta. Desigualdades, en verdad, que son la sombra de la luz que ciertamente proyecta la globalización. Es más, uno de los riesgos globales más importante reside precisamente en ese crecimiento económico que no repara en la dimensión social y que solo busca, como sea, el beneficio por el beneficio.
En estos días hemos conocido un informe de Oxfam que proporciona datos para la reflexión. En el 2016, el 10% de los españoles más ricos acumulaba el 56% de la riqueza del país. 4,7 millones de españoles disponen de lo mismo que 42,6 millones. La fortuna de tan solo tres españoles equivale a la de 14 millones. En 2016 España disponía de 7.000 millonarios más mientras que, tras Chipre, era el país de la UE en el que más creció la desigualdad. Las familias cargaron en 2016 con el 84% de la recaudación frente al 13% que aportaron los empresarios. La recaudación del impuesto de sociedades ha sido menos de la mitad que en 2007. Dos de cada tres euros de la inversión de entrada a España en el primer semestre de 2016 tienen como punto de origen un territorio fiscalmente agresivo. En efecto, la inversión directa que se recibe genera pérdidas impositivas de 1550 millones de euros.
La desigualdad es una bomba, es una de las causas del auge del populismo y si no se reduce puede dar lugar a eventos insospechados. ¿Qué propone Oxfam para resolver este agudo problema?: aumentar el salario mínimo, reforzar mecanismos de negociación colectiva y reformar el sistema fiscal. Muy bien, pero lo más importante es recuperar la centralidad de la dignidad humana y de los derechos fundamentales de las personas.
En efecto, mientras el orden político, económico y social no descanse sobre la centralidad del ser humano y sus derechos fundamentales las cosas seguirán como hasta ahora o incluso empeorarán. La solución no es difícil, lo que es difícil es comprometerse con valores humanos, y obrar en consecuencia.
Jaime Rodríguez-Arana
@jrodriguezarana