Uno de los mejores historiadores del Derecho, el Padre Mariana,  digno representante de la Escuela de Salamanca del siglo XVI que tanto influyó en la conformación de la esencia y el sentido de los derechos humanos, escribió sobre el origen del poder  destacando su inescindible conexión a la necesidad de protección de los más débiles.
 
El origen del poder, pues, tiene mucho que ver con la defensa de los más débiles. Con el paso del tiempo ciertamente se ha instalado, no por casualidad, una idea del poder conectada desgraciadamente a la fuerza y a la exclusión, siquiera sean indirectas, como manifestaciones de una sociedad en la que todo tiene un precio y en la que la notoriedad y la fuerza mueven los hilos de casi todo.
 
Sin embargo, ahora nos interesa fundamentalmente recordar que el poder nace para la protección de los más necesitados, no como instrumento de opresión o de exclusión. Por eso Diderot escribió sobre el fundamento del poder en la Enciclopedia en estos términos: “el consentimiento de los hombres reunidos en sociedad es el fundamento del poder. El que es establecido por la fuerza, no puede subsistir más que por la fuerza”.
 
Jaime Rodríguez-Arana
@jrodriguezarana