Estos días, como si de algo novedoso se tratara, se constata de nuevo la elevada deuda del sector público español. Nada menos que  1,0 33  billones de euros, lo que representa el  97.7% del PIB.  A la par, resulta que el desembolso por intereses de la deuda asciende ya a 34.533 millones de euros, 10.000 millones más que el gasto dedicado al desempleo. El dato de lo que pagamos por los intereses de la duda ha ido subiendo desde 2007 de forma exponencial.
En efecto, hemos pasado de los 387.798 millones de euros precisamente en 2007 al billón de euros de 2014. Los intereses de la duda, pasaron de los 16.892 millones d 2007 a los 34.533 millones con que se cerró el año pasado. O lo que es lo mismo, del 35.5 % del PIB de deuda pública en 2007 al 97.7% en 2014.
Estos datos ponen de manifiesto varias tendencias. Primera, que el recurso a la deuda continúa, es verdad que ahora en menor proporción, pero continua,  sin que se adviertan cambios sustanciales en la forma de gestión económico-financiera de los Entes y de los fondos públicos.  Segunda, el gasto en intereses de la deuda supera al gasto social en desempleo, la gran lacra que junto a la corrupción está golpeando duramente a nuestro país y a tantos millones de compatriotas. Tercera, y la más grave, mientras aumenta la deuda pública, cae el gasto en prestaciones por desempleo incluyendo las contributivas y las asistenciales. En concreto en 2014 la bajada ha sido  de 5.000 millones: de los 29.805 desembolsados en 2013 hemos pasado a los 24.811 en 2014, lo que supone una caída del 17% como consecuencia del menor número  de beneficiarios, de casi un 12%.
En este contexto, los gastos en intereses de la deuda de la Administración del Estado han subido un 5.8% hasta los 30.359 millones de euros, el de las Administraciones Autonómicas creció un 1.9% llegando a los 7.410 millones de euros, y los de los Entes locales bajaron un 16% llegando a los 1.139 millones de euros.
Estos datos de la contabilidad nacional que ofrece el Ministerio de Hacienda y Administraciones públicas siguen registrando un aumento de gasto público considerable que, sin embargo, en buena parte se va a pagar intereses de la deuda. Mientras los salarios, los de la mayoría, todos sabemos en qué niveles se encuentran.  En febrero de 2015 teníamos 2´1 millones de personas desocupadas sin subsidio o prestación frente a los 2 millones de 2014, los 1´98 millones de 2013 o  los 1´6 millones de 2012.
Mientras tanto, muchos españoles  se siguen preguntando porque las cosas siguen como están, por qué continuamos condenados a mantener esta irracional estructura pública y las legiones de paniaguados y adeptos que hasta el momento, salvo honrosas excepciones, permanecen como antes.
Mario Draghi señalaba recientemente  algo tan sencillo como evidente, bajen el gasto público y alivien la presión fiscal a los ciudadanos. En otras palabras, primero las personas, después las estructuras. Las estructuras están para las personas no las personas para las estructuras. Sin embargo….
 
Jaime Rodríguez-Arana es catedrático de derecho administrativo. jra@udc.es