Las próximas elecciones en el Reino Unido estas poniendo a prueba las maquinarias políticas más importante del país isleño. Unos y otros, tories y laboristas, están protagonizando una sorprendente competición por ofrecer proyectos y programas a cual más centrista. Parece que a los cuarteles generales de las dos formaciones, es lógico, preocupa como sumar votantes en el espacio del centro. Es lógico.
En efecto, David Cameron, que parte como favorito en las encuestas, pretende hacer de los tories, difícil lo va a tener, el partido de la gente trabajadora en un claro viraje al centro. En este sentido, el manifiesto del partido conservador apela a la seguridad económica. Un concepto diseñado para atraer el voto de la gran mayoría de indecisos. Para tal conquista, los tories han pensado en convertir la seguridad económica en el viejo sueño de Margaret Thatcher garantizando el derecho a comprar una vivienda para más de 1.3 millones de británicos a través de un programa que ofrece descuentos a las asociaciones de propietarios.
Por su parte, Ed Miliband, el líder laborista, actual jefe de la oposición, enarbola su viaje al centro de la mano de la responsabilidad fiscal. Es decir, según los laboristas se trata de reducir drásticamente el déficit y de no contribuir en un solo penique al endeudamiento del país. Un mensaje más bien conservador que busca acercarse también al votante centrista. Para ello Miliband no ha dudado enante el presentarse como el guardián de las finanzas de la nación. Un guardián que acaba d afirmar solemnemente que no recurrirá a nuevas promesas de gasto público sin antes haber garantizado los fondos para sufragarlas. Por eso, su promesa de invertir 2.500 millones de libras en el sistema de salud se financiaría con un impuesto sobre los inmuebles.
En fin, los conservadores buscan el voto de los trabajadores y los laboristas el de las clases medias. Unos y otros están convencidos, como es lógico, que las elecciones se ganan en el espacio del centro, un espacio con personalidad propia, en el que es posible diseñar políticas para todos los ciudadanos porque se trabaja con la mente abierta desde el pensamiento plural, la metodología del entendimiento, la realidad, usando como instrumento la razón y teniendo siempre presente que la política tiene sentido si mejora las condiciones de vida de las personas.
En otras latitudes peninsulares, España entre ellas, seguimos instalados en los escándalos de corrupción, de uno u otro lado. Mientras, ante la incapacidad de abrir las reformas que se necesitan en el sistema político, emergen como la espuma nuevos partidos y movimientos que se beneficiarán, ya lo están haciendo, del declive y decadencia de las formaciones en otro tiempo mayoritarias. Por aquí, en lugar de debatir sobre proyectos y programas para la mayoría social, seguimos anclados en lo de siempre. Qué pena.
Jaime Rodríguez-Arana
@jrodriguezarana
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