La `posible instalación en España, en Madrid o Barcelona, de un “living Las vegas” al que llaman Eurovegas, está en estos días en el centro de la polémica. Para unos, la posibilidad de creación de empleo, y la posible recaudación de impuestos, justifica, en tiempos de aguda crisis económica, cualquier tipo de actividad empresarial, la que sea, incluso la asociada al juego, a las drogas o a la prostitución. Para otros, los costes sociales de estas actividades deben ponderarse seriamente antes de tomar una decisión pues lo primero es la dimensión moral  por lo que deben tenerse en cuenta los efectos de la exposición de estas empresas sobre las poblaciones cercanas.
Según algunos estudios publicados en estos meses encargados por el principal empresario del sector en los EEUU, Eurovegas generaría 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos. El proyecto Eurovegas, según sus promotores, albergaría 36.000 plazas hoteleras, 5 casinos, varios campos de golf y un gran teatro. El problema es que tales actividades, que producen grandes beneficios económicos a quienes las desarrollan, tienen elevados costes sociales. Unos costes sociales que algunos estudios, como el de dos profesores de economía de Illinois y Georgia al que hace referencia aceprensa en un servicio del mes de mayo de este, estiman 1.9 veces mayores a los beneficios económicos que producen.
En los EEUU, durante la Administración Clinton se constituyó una comisión nacional para evaluar los beneficios y los costes del “living Las vegas”. Las conclusiones, referidas en aceprensa, son realmente dignas de consideración. Incluso se llegó a recomendar, reconociendo que faltaban algunas investigaciones por realizar, que se aplazaran varios proyectos para establecer sendos casinos por parte de varios Estados de la Unión. Las razones, dignas de tener en cuenta, son bien relevantes. Veamos.
Se reconoce que las posibilidades de convertirse en un jugador habitual estaban en función de la distancia al casino o lugar de juego: aumentna en un 75% si se reside a menos de 10 millas del casino. En los Estados volcados al juego, como Oregón, Missisipi, Louisiana o Nevada, se dobla el número de norteamericanos adictos al juego. El porcentaje de los norteamericanos que han sido arrestados alguna vez aumenta según su mayor relación con el juego. Un 19% de los jugadores patológicos y un 10.3% de los jugadores problemáticos ha estado alguna vez en bancarrota en su vida. Un 16.1 % de los jugadores problemáticos había consumido drogas más de cinco veces en el año en que se realizó el estudio de la comisión nacional (1999). Los jugadores patológicos y los problemáticos pierden con más frecuencias sus trabajos y sufren más episodios depresivos
Por otra parte, por sorprendente que parezca, este estudio señala que el Estado de Nevada, sede de Las Vegas, tenía en 1999 la mayor tasa de desempleo de los Estados Unidos, era el Estado con más ejecuciones hipotecarias y el Estado con una criminalidad más alta.
Para terminar, estas preguntas: ¿vale todo para crear empleos en sectores o industrias como los que hemos referido en este artículo?. ¿Hemos de atender sólo a los aparentes beneficios económicos?. ¿Es irrelevante que el Estado de Nevada tenga los registros y los dígitos comentados anteriormente?. No va siendo hora ya de tengamos presente en estas decisiones la dignidad de las personas?.
 
Jaime Rodríguez-Arana es catedrático de derecho administrativo. jra@udc.es