La cuestión de la moderación, capital y relevante donde las haya, no siempre es bien entendida cuando se proyecta sobre la actividad política. Es más, con frecuencia ser moderado se identifica con ser tibio, timorato o pusilánime. Como si la moderación fuera lo mismo que carecer de principios solidos o de convicciones firmes. Nada más lejos dela realidad. Lamoderación se apoya sobre la existencia de principios y convicciones. Quien carezca de ellos no es posible que sea moderado puesto que la moderación presupone la proyección los principios a la realidad de acuerdo conla prudencia. Esmoderado quien sabe prudencialmente aplicar los principios a la hora dela decisión. Lamoderación es justo lo contrario dela radicalización. Esradical quien piensa que tiene siempre y en todo caso la razón y que discutir y debatir es perder el tiempo. En el fondo quien así actua o quien así razona está convencido de que el único argumento posible es el suyo, de que la única política a emprender es la que el plantea. Por eso puede haber, y de hecho hay, y no pocos, políticos radicales de derechas o de izquierdas.
 
En  momentos de crisis como los que sufrimos, la moderación aconsejaría buscar prudentemente el concurso de todas las partes sin excluir a ninguna, y, tras escuchar  realmente las propuestas de unos y otros, aplicar políticas a partir de lo mejor de los proyectos de unos y otros. Porque, en todos los ámbitos hay cosas buenas y aprovechables. Sin embargo, el deseo de laminar al adversario y la radical convicción de que al otro lado no hay nada aprovechable, echa por tierra un espacio de acuerdo que que nos saque de la postración y la parálisis en tantos aspectos de la vida pública y empresarial. Por estos pagos unos y otros, en efecto, continuan anclados  en posiciones dominadas por la ideología cerrada, en posiciones radicales que conducen a acciones políticas desmesuradas. Los políticos radicalizados tienen la convicción de que disponen de la llave que soluciona todos los problemas; que poseen el acceso al resorte mágico que cura todos los males. Tal situación deriva de la seguridad de poseer un conocimiento completo y definitivo de la realidad, y siendo consecuentes se lanzan a una acción política decidida que ahoga la vida social y que cuenta entre sus componentes con el uso de los resortes del control y dominio que sometan el cuerpo social. Es el resultado de la imposición de la teoría sobrela realidad. Yla realidad tiene mucha importancia, muchísima porque los principios cuando se aplican sobre la realidad admiten en cada caso diferentes entendimientos. La persona moderada lo sabe y busca siempre que es posible que la prudencia module los principios en su proyección sobrela realidad. Eldoctrinarismo y el pragmatismo son dos enemigos de la moderación, característica del ejercicio del poder que parte de la existencia de conviccones firmes que han de ser aplicadas de acuerdo con las circunstancias y en función de la centralidad del ser humano, que es siempre la referencia que debe iluminar el diseño y ejecución de las políticas públicas. Hoy, en España, el gobierno que tenemos ha huido de la moderación porque teme que esa posición política le haga perder el dominio de la situación.
El principio es claro, la persona es el centro de la acción política. Por eso, en la actual coyuntura, la clave es buscar políticas que faciliten a los desempleados el derecho al trabajo y a los trabajadores en precario unas condiciones dignas para realizarse como seres humanos. No es tan dificil como parece si desde todas las partes se busca de verdad el bienestar integral y permanente de los ciudadanos.
 
 
 

Jaime Rodríguez-Arana Muñoz

                                                                                  Catedrático de Derecho Administrativo