La fallida investidura de Pedro Sánchez coloca de nuevo la cuestión del centro y la moderación en el candelero. Salvo que la posición del psoe no haya sido más que una estratagema para echarse en manos del pensamiento ideológico y radical en los próximos días, el acuerdo psoe-c´s, al que debió unirse el pp, era y es una buena oportunidad para forjar una mayoría capaz de conducir la nave del Estado desde los postulados del pensamiento abierto, la metodología del entendimiento y la sensibilidad social.
 
España necesita de moderación, racionalidad y estabilidad para afrontar unas reformas que llevan pendientes desde hace tiempo y que la ciudadanía reclama cada vez con más insistencia. Tales cambios, tales  transformaciones se pueden realizar con sentido común, escuchando a todos o, por el contrario, desde el pensamiento ideológico, imponiendo desde la cúpula un modelo tan antiguo como ineficaz. Por eso es importante que entre psoe, pp y c´s, entre pp, psoe y c´s, o entre c´s, pp, y psoe  se alcance un acuerdo que permita un gobierno razonable para España. Entre los tres partidos suman una mayoría más que suficiente para gobernar y, visto lo visto, con luces y sombras podrían, tras los cambios internos que sean menester, articular un panorama de reformas de calado y a la altura del tiempo en que estamos.
 
Hoy precisamos, pues, construir un espacio de moderación y sensatez. Para eso es necesario que pp y psoe reconozcan su escaso compromiso, al menos hasta ahora, en el combate contra la corrupción, y tomen las medidas que sean imprescindibles para hacer creíble y fiable su cambio de rumbo. Tras ese reconocimiento, sería posible acordar un conjunto de reformas que, partiendo, de la de la Carta Magna, permitan avanzar en serio hacia políticas que de verdad partan de la centralidad de la persona y sus derechos fundamentales, individuales y sociales.
 
Tales acuerdos deberían ser formulados desde las coordenadas del centro, que ahora tanto pp, psoe y c´s debieran buscar de nuevo para evitar que el resentimiento y el odio se instalen entre nosotros. Para ello es menester dejar al margen legítimas aspiraciones personales, intereses partidarios y todo lo que impida que vuelva al panorama político el entendimiento, la cordura, la moderación y el compromiso real con la mejora de las condiciones de vida de las personas.
 
El espacio de centro no es, como suele decirse, un espacio de  pusilanimidad, de  indefinición o de  falta de convicciones. Todo lo contrario, el centro es el espacio de la convicción en la fuerza de la libertad, de la igualdad, de la justicia y de la dignidad del ser humano, de todo ser humano y en toda circunstancia. Por eso la moderación y el temple que requiere el centro no es incompatible, como muchos creen, con las convicciones. Siempre me ha parecido que lo característico del centro es la prudencia y la visión amplia y plural de la realidad, para apostar en cada momento por el bienestar integral de los ciudadanos haciendo la política que sea necesario para ello prescindiendo de prejuicios o estereotipos.
 
Termino con una consideración que he escuchado en muchas reuniones y seminarios, sobre todo con gente joven: el centro no es la equidistancia, es el aguijón desde el que se dibuja la circunferencia en la que caben tantas políticas como formas hay de luchar con ilusión y fortaleza por la mejora de las condiciones integrales de vida de los ciudadanos. Al centro no se llega desde la derecha o la izquierda, sino desde la libertad solidaria. Ojala se pueda volver a recuperar porque, de lo contrario, el pensamiento maniqueo y de confrontación volverá y, de nuevo, como acontece en otras latitudes, la demagogia y el resentimiento campearan en la dirección de los asuntos del Estado.
 
Hoy, tras el intento fallido de investidura de Pedro Sánchez, buena cosa sería que entre pp, psoe y c´s, se trabajara desde esta perspectiva. Pienso que una mayoría relevante de ciudadanos aceptaría tal camino. Ahora  no estamos para vueltas al pasado y para experimentar recetas y políticas que dejan a los países en la miseria y en la pobreza. No hay más que repasar la historia. Y de paso, ¿por qué no preguntan pp, psoe y c´s a sus militantes si están o no de acuerdo con este pacto?.
 
Jaime Rodríguez-Arana es catedrático de derecho administrativo y autor del libro “el espacio de centro” prologado por Adolfo Suárez.